Dulces o amargos, pero al fin y al cabo, recuerdos.

Tomarte el café a las 8 de la mañana y pensar en el, en todos los momentos que podíais haber pasado juntos y no lo hicisteis, tantas cosas que os quedaron por realizar, besos, caricias, llantos, pensar justo en esa tardeen que todo se fue a la mierda y tu te hundiste en aquella esquina de tu habitación y ahora te arrepientes en todo lo que no le pudiste decir, porque todos no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos. No hace falta lamentarse, lo echo, echo está, pero dicen que rectificar es de sabios y siempre hay tiempo para un perdón. Te lamentas porque no lo supiste apreciar, porque piensas que fuiste tonta al verlo marchar, por ver como se esfumó la magia de aquella relación, por intentar olvidar todo lo que te envolvió y te envuelve a él. No olvides recuerdos bonitos, porque al final de nuestra vida, todo se basa en recuerdos.