Sin sentido.

Cometamos locuras, bebamos vodka hasta que amanezca, fumémonos la noche, bailemos hasta que nos duelan los pies, subámonos a la tarima sin importarnos lo que opinen los que nos miran, hagamos cosas de las cuales a la mañana siguiente nos arrepintamos, cantemos todo lo fuerte que podamos por muy mal que lo hagamos, quitémonos la ropa y durmamos abrazados, hagamos todo lo que siempre quisimos hacer, porque la noche nuestra.

lunes, 16 de mayo de 2011

:3

Noche. Noche encantada, ligera, hechizada. Noche de estrellas fugaces, de deseos absurdos y locos, casi asombrosos. Era la noche de esa semana en que cada uno expresa su deseo más íntimo siguiendo las estrellas fugaces. Todos estábamos allí, en la orilla, pero sobretodo allí estaba él. No habíamos vuelto a hablar desde el día en el que nos habíamos besado. Casi me había evitado. De vez en cuando, intentaba captar su mirada, pero él parecía no verme. Es decir, me daba cuenta de que, a pesar de que él miraba en mi dirección, cuando trataba de encontrarme con sus ojos jamás me lo permitía, su mirada nunca se cruzaba con la mía. Era como si me rehuyese.

No hay comentarios:

Publicar un comentario